Con un amigo mostramos naturalidad, pasamos de lo irrelevante a lo importante, de lo simple a lo complicado, de lo obvio a lo oscuro, de lo sublime a lo grotesco sin pronunciar una sola palabra, ...
La idea del trabajo como condena es muy antigua, lo suficiente como para aparecer en la Biblia, pero hay casos en los que este cliché deja de ser metafórico para convertirse en una descripción exacta.